Me quedo con el deporte

No sé bien como llegué en medio de tantas personas, no había nerviosismo esta vez y las expectativas se cubrirían con cada paso recorrido. Delante de mí mi reto personal.
No corrí por mí, en un principio pensé que lo hacía pero de pronto, entre la multitud que avanzaba me di cuenta que esta vez me gustaba ser parte de la masa, tan solo seguir la corriente y terminar la carrera.
Fue la mirada de un señor en la vereda, con alguna discapacidad mental, que miraba con una inocencia de niño a todos los competidores lo que me alentó en la primera parte del recorrido. Todo era tan nuevo para mí, la pluri… culturalidad, etnicidad, lo que sea, me dio muchos ánimos, personas que tenían un propósito más eterno y corrían con camisetas de “Cristo me fortalece”, “Esta carrera con Dios”, fueron verdaderamente motivos para pensar que “de todo hay en la viña del Señor” y que cada quien tendrá sus motivos para competir.
Mi familia estuvo muy pendiente, me emocionó el empeño que pusieron en varios puntos de los 15K y lo logística que tuvieron fue impresionante, los felicito! Cuando mi rodilla me dolía y faltaba la mitad pensé en realidad qué es lo que me motivaba terminar, no se me ocurrió nada. No corrí por mí, ni por probarme nada, no fue por mi familia, ni por la gente, no por los amigos, y ningún propósito me acompaño en los pasos. Llegué bien, feliz, completa. Me acordé de picar al final gracias a un buen consejo y mi mente, corazón y cuerpo están tranquilos.
Ahora, pensando un poco más, creo que 15 kilómetros, 1 hora y 44 minutos en mi vida no marcaron el término de algo propuesto y alcanzado, sino el principio de una decisión que tomé. Sacarme la madre haciendo ejercicio me gusta full, le hace bien a mi cuerpo y a mi vida, los vuelos tendrán que esperar…