La Esperanza...

Cuando amanecimos una mañana, el cielo no mostraba su color celeste pálido característico de Quito en invierno, sino mas bien un amarillo pálido y sin gracia. Era un día perfecto para hacer algo de diferente que meditar, aprovechando que el día no estaba lluvioso decidimos hacer algo para cambiar la rutina de siempre así que concurrimos al internet. Ladiferencia estuvo en las páginas visitadas, dado un correo SPAM.
De un día a otro corrió la voz y un jueves nos embarcamos en la aventura más divertida del año, como reto personal, que he vivido en el 2007. Ninguna idea hasta el momento mismo en el de correr entre los matorrales perdidos en un bosque que en teoría "todos conocen tan bien, ah fresco es el Metro nomas.." entonces cachamos que la carrera empezó. Más allá de que todos queríamos lograrlo estaba el hecho de que hasta cierto punto la experiencia no se habí compenetrado en nosotros, los minutos pasaban y la adrenalina no llegaba... de ley se quedó conversando con los otros, o cerca del punto de control porque arriba en el monte de espinas no apareció, así de oculta estaba que dolía cada rasguño y ortigaso... pero cuando nos vimos entre los competidores y no tan perdidos, surgió dentro de nosotros un pinchazo leve que activó varios sentidos de aventura y autodescubrimiento que estaban bastante desorganizados hasta entonces.
Cuando la subida de 1.5 kilometros en 45 grados de pendiente llegaba a su fin, el control de todos fue maravilloso, el efecto causado minutos antes tomaba más fuerza y a la mitad del camino, con litros de sudor encima, mucho sol más arriba y casi nada de viento ni agua, la mitad del camino se aproximaba, estaba más cerca la meta y en cuestión de varias caídas y un molesto ardor en mi corazón, lo logramos! No nos habíamos percatado de lo que habíamos conseguido al entrar en este reto, tampoco de la ilusión que se habí contagiado y de las expectativas colectivas generadas entre el resto del equipo. Nosotros estabamos contentos y felices de haberlo logrado, por qué no? orgullosos también al invertir una mañana entregando energía e intercambiándola por vida. Nosotros festejabamos: mi corazón latía ineludiblemente más rápido, mi mente no lograba comprender que sucedía a su alrededor pero se concentró en llegar a la meta y en ser vencedores, mi espíritu en paz y conectado con el resto de mi cuerpo y alma.
La inspiración de hacer y trabajar por algo diferente a mi vida "normal" llevó a cabo un proyecto que no esperaba que surgiera nunca... pero ocurrió!